Monday, January 22, 2007

Charco/Lejos

Cuando te sensibilizas ante algo es como si se abriera otra puerta en tu realidad y entras a otra dimensión donde ves tu pasado, presente y futuro bajo otro color, sentada en otro lugar, viendo todo desde una perspectiva o un ángulo distinto.

Es como si tu vida fuera una esfera rodeada de columpios. Cuando algo te conmueve, que en mi caso casi siempre es el arte y se potencializa más cuando estoy sola, es como si fueras a columpiarte a otro que acaba de aparecer y eso te permite ver ese abismo infinito que está en el centro que es tu vida.

Y estás ahí, columpiándote por un tiempo como si fueras tú el péndulo que te hipnotiza, entras en otro mundo, donde todo se vale según los parámetros de tu estado de ánimo, de tu imaginación. Entras en una lucidez increíble, donde lo ves todo muy brillante. Es como si en un momento, en un instante comprendieras algo de ti, de tu vida. Como si despertaras de la realidad porque te echaste un clavado a un charco que servía de reflejo a ese otro mundo. Un espejo de ti misma.

Quizá esto me pasa porque estoy dividida en dos. Tengo dos mundos y vivo constantemente despertando de uno para pasar al otro y luego despierto de ese y paso al real.

Desafortunadamente vivo despierta más tiempo en la realidad, quizá porque no me permito o no se como despertar al otro. No lo controlo aún. Me despierta el arte, los sueños, un charco cristalino que refleja o un espejo, el sexo, estados de ánimo incontrolables, bailar, escribir, la niebla, el fuego, ciertas personas…

De niña vivía permanentemente en el otro mundo, donde yo encontraba un orden que la realidad parecía no tener. Donde todo estaba lleno de símbolos, de signos, y señales. Para mi en ese mundo todo encajaba perfectamente y tenía un por qué, todo tenía cabida, todo existía y yo era mi propio Dios.

No había imposibles en esa armonía permanente, no había habitantes, no había contradicciones porque se les llamaba dualidad, todos los objetos eran tesoros y todo tenía forma, contenido y anima.

Todo estaba cubierto por magia, todo se mezclaba con lo fantástico y surreal, el tiempo y el espacio no era lineal, no seguían reglas lógicas. En realidad nada se guiaba por la lógica, sino por una especie de absurdo inteligente. Había hilos metafóricos que volaban por el viento y que yo podía tomar para tejerlos en pensamientos o enigmas. La imaginación era mi intuición para saber como combinar esos hilos.

No recuerdo mucho más de ese mundo que era tan mío, creo que lo perdí el mismo instante donde perdí mi infancia. Ahora no sé como regresar a él, mas que en esos momentos en que se detona por algo externo que me abre una puerta y me permite entrar. Quizás perdí la llave y la busco desesperadamente porque sé que es la única manera de recuperar mi infancia y esos recuerdos que añoro.

La única manera de volver a hacer mío ese mundo, que nunca ha dejado de tener dueño, simplemente se ha borrado el caminito amarillo para llegar a él y yo no llevo puestos ya mis zapatitos rojos. Pero necesito habitarlo de nuevo porque es la única manera que lograré volver a crear, ya que es en el único lugar donde la creación depende de mi ya que ahí soy Dios.

se.


Monday, January 15, 2007

Me duelen los labios de tanta ansiedad

No puedo dormir, las ideas se atropellan en mi cabeza. Las ansias me carcomen los labios, esos labios que no logran pronunciar esas palabras que tanto miedo me dan.

Siento ésta soledad egoísta y vanidosa que no deja entrar distracciones, pero que ella misma se distrae con miedos y comodidades.

Atrapada en la muralla que separa a la niña de la mujer, que busca mi infancia perdida para salir del laberinto de ser mujer sin saber serlo. Inmóvil porque no existe el antes ni el después.

En el descontrol de unos horarios trastornados viendo días y noches pasar a través de una ventana cuyas persianas no necesito abrir. Acostada en el mar y en el cielo, cubierta por nubes y niebla.

Empiezo a intoxicarme en este cuarto blanco, denso de sueños humeantes que no me dejan respirar.

Con ganas de gritarle a este silencio que me deja sorda y llover estas lágrimas secas que me enmudecen.

Me duelen los labios de tanta ansiedad.

se.