Thursday, December 13, 2007

Geografía sentimental



Llegas cambiado al lugar que nunca cambió.

se.


Saturday, November 17, 2007

Hacer/Ser

Hoy, La Luna me ha impresionado especialmente. Un filito blanco bien definido entre unas nubes negras y aterciopeladas. Como siempre, el hecho de verla y de saber que está ahí, me produjo un sentimiento de paz, pero extrañamente también me produjo un sentimiento de ambigüedad, de presagio, de presentimiento de que algo va a suceder. No quiero entrar en maniqueísmos, así que lo dejaré como eso...un presentimiento de algo.

Por primera vez en mi vida quiero alejarme de los acontecimientos y verlos como una mera espectadora. No quiero juzgar ni cuestionar, no quiero calificar las cosas, ni relacionarme frente a ellas con prejuicios, simplemente observarlas, contemplarlas, estudiarlas, escribirlas.

Eso no quiere decir que me vuelva pasiva, que deje de "actuar", porque precisamente ahora más que nunca quiero moverme, experimentar, construir, crear... Pero "hacerlo" quizás de una manera distinta. He estado dándole vueltas a mis teorías sobre lo masculino y femenino. Estoy convencida de que el verbo del hombre es hacer y el de la mujer es ser. Eso no significa que la mujer no haga ni que el hombre no sea. Simplemente que la mujer necesita ser para poder hacer y el hombre hacer para poder ser. Yo sé que puede ser radical lo que digo, que muchos pueden no estar de acuerdo, sé que no es tan sencillo, pero he pensado mucho en ello y me baso en muchas cosas, que no vienen a cuento ahora.

Esta idea explicaría un poco mi dilema sobre las musas y la creación. En un principio se podría decir que las musas son y los "creadores", los "artistas" (por llamarlos de alguna manera) hacen. Lo que creo es que, por lo menos en mi caso, mi hacer debe partir de mi ser. Ese ser que se encuentra tan vacío, despedazado, perdido... Por eso quiero dedicar tiempo a llenarme, a contemplar. Y cuando decida hacer, quiero hacer como mujer, partiendo de mi naturaleza femenina, no como hombre.

Producir...ser productivo...¡cómo me presionan con eso! Y yo sólo me pregunto como puede uno producir si no se sabe lo que se quiere producir o crear. Yo no quiero crear mas basura, quiero que sea lo que sea que llegue a hacer lo haga de una manera responsable y congruente con mi ser.

Me dicen que haciendo uno encuentra lo que quiere hacer y por más que eso tenga sentido, lo siento profundamente masculino y no creo que que me sirva a mi. Hacer para ser, no eso no es para mi. (Casualmente todos los que me han dado ese consejo son hombres.) Yo necesito ser para hacer. Y hay una frase que lo describe perfectamente, no recuerdo de quién es, ni a quién se la decía, pero era algo así: tú eres como un bastón que florece en cualquier rincón sin ningún problema, tú problema es que en ninguno de esos rincones eres capaz de hechar raíces"...

De hacer podría empezar a hacer muchas cosas, florecer de muchas maneras, pero para mi eso no es lo complicado, sino encontrar dónde quiero echar raíces, en qué quiero arraigarme, dónde sentiré mi Tierra, aquella donde pueda sembrar todas esas semillas de mi Hacer. Y esa Tierra es mi Ser.

Así que en esas ando... Quiero aclarar también, que no se trata del hacer en sí, de si los hombres pueden hacer csoas que las mujeres no y viceversa (salvo ciertas obvias excepciones que tienen que ver hasta con cuestiones fisiológicas y biológicas) sino el Cómo se hacen esas cosas. No es el Qué lo que importa sino el Cómo. De dónde partimos cuando hacemos eso que hacemos y hacia dónde queremos ir. Me niego a pensar que sea igual en los hombres y las mujeres. Si no, ¿dónde está la riqueza?

se.


Wednesday, October 24, 2007

Muerte

Me siento calva, calva de todo.
Me quedo desnuda donde Dios es muerte.

La cola del pez golpetea en mi cama.
Y mientras lo siento dentro de mi,
un diminuto hombre con sombrero negro
me mira desde la esquina.

Me pesa el gran casco de la desidia,
y sudo el vapor de mi indiferencia.

La oscuridad ha dejado de ser noche.


se.


Tuesday, August 07, 2007

Agosto 7



Desde chiquita siempre me ha gustado el número siete, será, quizás, porque nací un 7 de noviembre. Y así, todos los sietes de todos los meses los celebraba haciendo algo especial. Esto se reforzó cuando me di cuenta que personas importantes para mi, también habían nacido en siete.

Ahora despues de tantos años los sigo celebrando, ahora con ciertas personas, que se han unido a mi tradición, sobre todo una. Pero ahora los rituales se vuelven cada vez mas complejos, incluyendo más símbolos, referencias, sentidos, poesía, magia, arte, amor...

Hoy me ha dado por reflexionar muchas cosas de estos últimos meses...

Me han visitado mucho y he visitado mucho.
Me han dado los mejores consejos en los mejores momentos.
La magia ha regresado a mi, los hechizos, la poesía, los poderes, los instantes, la eternidad...
Y con eso las coincidencias, las casualidades, el destino, la fatalidad, el azar...
Me han dado mucho amor, de muchas maneras, llenas de palabras y momentos, pero llenas de silencio y ataraxia.
He conocido a gente mágica con la que he vivido momentos entrañables.
Me he perdido para volver a encontrarme.
Y así, he encontrado nuevos amigos, re-encontrado viejos grandes amigos, y perdido algunos ya-no-tan-amigos.
He encontrado por fin un lugar mío, mi estudio, mi hogar, mi calle.
La lluvia vuelve a obedecer mis órdenes y vuelvo a olerla antes de caer.
...
...
...

se.

En Venecia, perdidas, me deje las decisiones. Y una Luna que queria ser sol, me ilumino las dudas.


Sunday, April 29, 2007

En la tierra de los eternos horizontes




Me siento atrapada en una soledad sofocante. No sé dónde estoy porque ya no sé quién soy. El mundo sigue su curso, al tiempo no le importa nada, no encuentra obstáculos que retrasen su camino. Pero yo me siento retrasadamente obstaculizada. Hace mucho que no tengo la energía de saltar, por lo tanto hace mucho que no avanzo.

Estoy en ningún lado, en la tierra de los eternos horizontes a los que es imposible llegar. Líneas infinitas que separan a la nada del vacío. Yo me encuentro en el vacío...me gustaría llegar a la nada. Mi vacío, lleno de hologramas, que desesperadamente intento asir para encontrarme, de nuevo, en la ridícula situación de atrapar un puño de aire con mi mano.

Inconexión, nulo entendimiento, vacío empático.

Mi ambición se desborda por mi diminuta taza de la no-acción. Empieza a inundarlo todo, desvaneciendo los pocos colores que quedan y me vuelvo gris...gris...gris. Me gustaría acabar transparente, como la esencia. O quizás voltear mi dentro hacia fuera como un muñequito de hule.

Regresar a donde me dejé olvidada hace tiempo y encontrarme sentada en una banca. Sentarme al lado y esperar a que vuelvan a encontrarnos, con la esperanza de que nos estén buscando.

se.


Monday, April 02, 2007

Vino Velado

Dos velas blancas bailaban en frente de ella al compás de su respiración. A lo lejos, se oían cantos de personas haciendo un ritual. Las voces profundas, lastimosas y repetitivas se contestaban unas a otras, produciéndole un escalofrío. Los sonidos le parecían lejanos, pero no podía evitar sentirse apresada por ellos. Una sábana blanca que movía el viento con violencia la liberó. En el muro desnudo veía su sombra y le parecía que tenía más vida que el cuerpo que la proyectaba. Su mesa, moribunda, no podía sostener ya más que las velas, una copa de vino casi vacía, su paquete de tabaco y un papel. Lo había perdido todo, incluyendo su tesoro.

Quería escribirle una carta, pero cada vez que lo intentaba, la pluma se quedaba sin tinta y ella sin palabras. Sólo conseguía prenderse un cigarro, como si cada uno contuviera una idea que ella inspiraba al fumárselo. Tenía miedo. Sentía que los muertos estaban sentados a su lado, acompañándola. Creía sentir sus miradas, creía oír sus murmuros. Sabía que le murmuraban algo pero se sentía muy vacía para entenderlos. El viento se colaba entre los cristales rotos de las ventanas, provocando que las velas se consumieran más rápido. Eran como dos grandes torres blancas que se iban desvaneciendo. Una vez que se desvanecieran por completo, ella se marcharía de ahí. De ese lugar al que probablemente no regresaría jamás.

Pensaba en los recuerdos que no se desvanecían, como un ejército que marchaba frente a ella, fuerte, constante, perturbador. Marchaban en todo momento, incansables, en sus sueños, en sus pensamientos, en las palabras que derramaban sus lágrimas. Pensaba en las noches de insomnio, en su búsqueda, en la ansiedad de sus labios. Pensaba que la razón nos hacía menos racionales. Que los hombres somos los únicos animales realmente concientes de nuestra existencia, pero que eso no nos servía de nada. “Las plantas, los animales, están más cerca de lo que son aunque no sepan que son. Nosotros creemos saber qué somos y no somos”, le dijo alguna vez.

Se apagó una vela y sin pensarlo tiró su copa de vino al papel. Eso era todo lo que tenía que decirle. Eso era ella. Tomó la vela y los cigarros que quedaban y se dirigió a la puerta. Cruzó el patio, ese patio. Su patio. Con sus enredaderas, sus plantas aéreas que rodeaban la mesa con su silla roja de madera. Con aquellos azulejos abandonados pero vivos, que luchaban por mantener sus colores, su mueble de repisas azul cielo, que ya no cargaba pensamientos. Rozó cada una de las jaulitas donde vivían sus orquídeas de colores. Acarició el musgo de los muros y cuando su vela por fin desvaneció, sus lágrimas vencieron.

se.


Monday, March 19, 2007

Flabio



De un instante a otro comprendió que todo había sido como tenía que ser sin que uno ni el otro lo hubieran planeado así.

Quizá sus "comprensiones" podrían resultarle a los demás un poco forzadas pero, ¿en este mundo hay algo que no lo sea? En un mundo sin-sentido siempre habrá que forzarle un sentido, el chiste, pensaba, es que no parezca forzado, sino que parezca que de repente, así, de la nada, te lo encuentras.


* * * * * * *

Aquí presento en sociedad a Flabio. Mi compañero de viaje.

Aquel monstruito que más que una coincidencia ha sido una señal, una especie de evidencia sobre el orden cósmico... El único muñequito de fieltro que se quedará conmigo ahí a donde vaya.

Porque ya vendrán más, y más, y más...

Y sí, iré haciendo muñequitos de fieltro (o bichejos místicos, como bien dice Angélica) para dejarlos por ahí a donde vaya, olvidados y con ellos olvidando cosas que ya no quiero recordar. Y ese sentimiento negativo se convertirá en positivo, en algo encontrado para otros. Es una especie de terapia. Y voy a tomarles fotos a los monstruitos en el lugar donde los dejé y pondré las fotos en mi blog, para que se queden ahí en mi.

Es una especie de acto poético y mágico. Creo que entre más actos así haga la gente la vida será más bonita, o por lo menos yo haciéndolo se me hará más bonita a mi. Me gusta la idea de dejar algo para que sea adoptado, algo tuyo que entre en lugares que no llegarás a conocer. La idea de tejerlos, es como tejer historias, tejer destinos.

se.


Sunday, March 11, 2007

Justine




"Es inútil imaginar que uno se enamore por una correspondencia espiritual o intelectual; el amor es el incendio de dos almas empeñadas en crecer y manifestarse independientemente. Es como si algo explotara sin ruido en cada una de ellas. Deslumbrado e inquieto, el amante examina su experiencia o la de su amada; la gratitud de ésta, proyectándose erróneamente hacia un donante, cree la ilusión de que está en comunión con el amante, pero es falso. El objeto amado no es sino aquel que ha compartido simultáneamente una experiencia, a la manera de Narciso; y el deseo de estar junto al objeto amado no responde al anhelo de poseerlo, sino al de que dos experiencias se comparen mutuamente, como imágenes en espejos diferentes. Todo ello puede preceder a la primera mirada, al primer beso o contacto; precede a la ambición, al orgullo y a la envidia; precede a las primeras declaraciones que marcan el instante de la crisis, porque a partir de allí el amor degenera en costumbre, posesión, y regresa a la soledad."

Lawrence Durrell


Saturday, March 10, 2007

En-Sueños




En la calle de las piedras negras, tu cuerpo se volvió la cuna de mis pensamientos...

Mi hamaca y mi Luna...

se.


Monday, January 22, 2007

Charco/Lejos

Cuando te sensibilizas ante algo es como si se abriera otra puerta en tu realidad y entras a otra dimensión donde ves tu pasado, presente y futuro bajo otro color, sentada en otro lugar, viendo todo desde una perspectiva o un ángulo distinto.

Es como si tu vida fuera una esfera rodeada de columpios. Cuando algo te conmueve, que en mi caso casi siempre es el arte y se potencializa más cuando estoy sola, es como si fueras a columpiarte a otro que acaba de aparecer y eso te permite ver ese abismo infinito que está en el centro que es tu vida.

Y estás ahí, columpiándote por un tiempo como si fueras tú el péndulo que te hipnotiza, entras en otro mundo, donde todo se vale según los parámetros de tu estado de ánimo, de tu imaginación. Entras en una lucidez increíble, donde lo ves todo muy brillante. Es como si en un momento, en un instante comprendieras algo de ti, de tu vida. Como si despertaras de la realidad porque te echaste un clavado a un charco que servía de reflejo a ese otro mundo. Un espejo de ti misma.

Quizá esto me pasa porque estoy dividida en dos. Tengo dos mundos y vivo constantemente despertando de uno para pasar al otro y luego despierto de ese y paso al real.

Desafortunadamente vivo despierta más tiempo en la realidad, quizá porque no me permito o no se como despertar al otro. No lo controlo aún. Me despierta el arte, los sueños, un charco cristalino que refleja o un espejo, el sexo, estados de ánimo incontrolables, bailar, escribir, la niebla, el fuego, ciertas personas…

De niña vivía permanentemente en el otro mundo, donde yo encontraba un orden que la realidad parecía no tener. Donde todo estaba lleno de símbolos, de signos, y señales. Para mi en ese mundo todo encajaba perfectamente y tenía un por qué, todo tenía cabida, todo existía y yo era mi propio Dios.

No había imposibles en esa armonía permanente, no había habitantes, no había contradicciones porque se les llamaba dualidad, todos los objetos eran tesoros y todo tenía forma, contenido y anima.

Todo estaba cubierto por magia, todo se mezclaba con lo fantástico y surreal, el tiempo y el espacio no era lineal, no seguían reglas lógicas. En realidad nada se guiaba por la lógica, sino por una especie de absurdo inteligente. Había hilos metafóricos que volaban por el viento y que yo podía tomar para tejerlos en pensamientos o enigmas. La imaginación era mi intuición para saber como combinar esos hilos.

No recuerdo mucho más de ese mundo que era tan mío, creo que lo perdí el mismo instante donde perdí mi infancia. Ahora no sé como regresar a él, mas que en esos momentos en que se detona por algo externo que me abre una puerta y me permite entrar. Quizás perdí la llave y la busco desesperadamente porque sé que es la única manera de recuperar mi infancia y esos recuerdos que añoro.

La única manera de volver a hacer mío ese mundo, que nunca ha dejado de tener dueño, simplemente se ha borrado el caminito amarillo para llegar a él y yo no llevo puestos ya mis zapatitos rojos. Pero necesito habitarlo de nuevo porque es la única manera que lograré volver a crear, ya que es en el único lugar donde la creación depende de mi ya que ahí soy Dios.

se.


Monday, January 15, 2007

Me duelen los labios de tanta ansiedad

No puedo dormir, las ideas se atropellan en mi cabeza. Las ansias me carcomen los labios, esos labios que no logran pronunciar esas palabras que tanto miedo me dan.

Siento ésta soledad egoísta y vanidosa que no deja entrar distracciones, pero que ella misma se distrae con miedos y comodidades.

Atrapada en la muralla que separa a la niña de la mujer, que busca mi infancia perdida para salir del laberinto de ser mujer sin saber serlo. Inmóvil porque no existe el antes ni el después.

En el descontrol de unos horarios trastornados viendo días y noches pasar a través de una ventana cuyas persianas no necesito abrir. Acostada en el mar y en el cielo, cubierta por nubes y niebla.

Empiezo a intoxicarme en este cuarto blanco, denso de sueños humeantes que no me dejan respirar.

Con ganas de gritarle a este silencio que me deja sorda y llover estas lágrimas secas que me enmudecen.

Me duelen los labios de tanta ansiedad.

se.