Saturday, August 16, 2008

Muro blanco


Como un remolino húmedo.
Como la niebla que enmudece al caminante,
con una mirada que oculta el destino.
Como el pulso de un hilo rojo
que serpentea en el desierto.
Un escalofrío en el cielo,
construido con suspiros
que no tocan las dunas de tu cuerpo.
Y un gemido del país de los mudos 
con su cansancio blanco.

se.


14 comments:

Anonymous said...

El espejo que soy me deshabita:
un caer en mí mismo inacabable
al horror de no ser me precipita.

Y nada queda sino el goce impío
de la razón cayendo en la inefable
y helada intimidad de su vacío.

Anonymous said...

Estar en Segovia es darse de cabezazos contra un muro blanco. Este si que es el pais de los mudos donde los tuertos son mayoría. ¡Oye! Pronto en Salamanca.Muchos besos.


Angélica.

Anonymous said...

...otreised le ne aetnepres euq ojor olih nu ed oslup le omoc esarf al ne sodarrecne sodnum sotnat yaH.

Gracias por tu comentario, a mí también me gusta mucho como escribes.

Anonymous said...

Tan despacio se consumio la llama que nadie se dio cuenta de que vivian en la oscuridad...
Otras luces son posibles...

Coral said...

Tiene unas cualidades muy evocadoras eso de lo que hablas, puede que no sea visible o palpable o puede que sólo sea eso, pura evocación,
o quizá una mirada no humana que impide decir una sola palabra.
Algo grande.

Saluditos Silvia.

Coral said...

Saluditos Sofía.

me equivoqué en el anterior, con otra compañera bloguera.

Muases.

Dr. Flasche said...

Tu blog ha sido la sorpresa agradable de la tarde. Llegué siguiendo un enlace de Blognetworks en Facebook y ha sido un gran descubrimiento.

Gracias,

David

Fluoxetina said...

buscando la psicomagia llegue aqui... mhh que agradable saludos

Anonymous said...

He llorado en Venecia,
me he perdido en Manhattan,
he crecido en La Habana,
he sido un paria en París,
México me atormenta,
Buenos Aires me mata,
pero siempre hay un tren
que desemboca en Madrid.
Pero siempre hay un niño que envejece en Madrid...

hola soy yo, el que te habló en coyoacán en una cafetería. Creo que se llamaba El palacio de la luna... ah, no creo pero bueno. adios

Bonrei said...

hola sofia elena,

te invito a echar un vistazo a mi blog - mi obra maestra.
ya se que te estrañara' un poco. es que hay que pasar las impresiones :DD

voy solo por el camino, y dejo como señal las cartas tiradas de otros.
en efecto hay muchas.


percibo un aire de levedad y melancolia, junto a una encantadora dureza femenina, en tus escritos y tu blog.
me acuerdas -probablemente te parecera' estereotipo- a frida.

esa rosa cruel del destino
estampada en el aire de un vagon
deslizado contra muros obtusos,
vigas, vidrios, sillas...


andale

José Vicente Martín Payán said...

hola mi única lectora, pásate un día por mi blog cuando tengas tiempo, hay muchas cositas nuevas. un beso, ciao.

Luna Miguel said...

muchas gracias




te leo desde el sur




un beso!!!

Conde de Cheste said...

Me parece mas poética mi crítica que tu poesia...

¿qué niebla enmudece a un caminante? ¿qué mirada oculta un destino? ¿cuando ha sentido el cielo un escalofrio construido de suspiros? Nunca.

Ningun hilo rojo serpentea en el desierto, ni tiene pulso... y asi, entre cansancio blanco, remolinos humedos, nombres y adjetivos sin sentido, alguien creyo entender algo, alguien creyo ser conmovido...

Anonymous said...

En el muro de los mudos todos habitamos cierto tiempo pero nuestro movimiento se vuelve azul con el viento.